¿Que nos mueva el odio?
El viernes mi entrenadora me dijo que usara el odio para terminar los ejercicios, que el odio es poder.
Hola queridas y queridos, qué emoción poder saludarles.
Llegó el otoño, empezó a hacer frío y les escribo esto mientras escucho la lluvia (que es casi un milagro en Santiago, así que se agradece).
El viernes tuve una sesión de entrenamiento muy intenso. Como ahora amanece más tarde, solo quiero quedarme acostado hasta que salga el sol, pero mi entrenadora viene un par de veces a la semana y es la única que logra sacarme de la cama a las 7:00 de la mañana para levantar pesas y maldecir con cada serie de burpees.
En ese proceso, evidentemente me quejo de principio a fin y ella tiene que soportar mi “no puedo más, estoy muerto”, mi “¿por qué sigo gordo?” o “quién me mandó a esto?”.
Este viernes, cuando tenía los brazos fatigados y las piernas quemándome por tantas sentadillas, me dice: “deja de quejarte y usa el odio”.
“¿El odio? ¿Cuál? El que siento por ti ahorita?”, le digo ya con ganas de tirarme al piso en posición fetal.
Y ella me respondió riendo: “Sí, el odio que quieras, pero termina el entrenamiento”.
Y me insistió: “Daleeeeee. Usa el odiooooo. El odio es poder. Piensa en que me odias porque estoy aquí exigiéndote, o que odias tu guata (barriga), o cansarte subiendo escaleras, o sentirte incómodo con la ropa, o que odias a tu ex, o qué se yo”.
Y yo las usé todas para poder terminar😂. Cargué las pesas descargando mi rabia y después hice todos los burpees (Que si hay algo que odiar es a ese ejercicio).
“Coño, es verdad, el odio es poder”, le respondí.
Pero después me quedé pensando en eso. El odio es poder. Y los que hemos vivido las consecuencias del odio, lo sabemos.
El odio es acabar con un país.
El odio es hacerle la vida imposible a un compañero de trabajo.
El odio es tratar mal a los demás porque te da la gana.
El odio es tantas cosas.
Las emociones son complejas y no quiero minimizarlas ni mucho menos darles una carga valórica ni decir que no las sientan “porque es malo”.
Somos humanos y creo que sentir odio es más normal de lo que creemos.
Según el diccionario, odiar es “antipatía y aversión hacia algo o hacia alguien cuyo mal se desea”. Y lo opuesto de amar es odiar, así que si podemos sentir amor, ¿por qué no podemos sentir odio también?
Parece que el frío me pone hippie. Pero me quedé pensando en cómo podemos convertir el “odio” en algo bueno. Quizás mi pensamiento es muy reduccionista, pero me encantaría que usáramos el odio como un movilizador de acciones positivas y no para alimentar el resentimiento.
Por ejemplo, si yo odio la desigualdad, ojalá hacer algo para que las personas tengan más oportunidades y no al revés. O si odias a tu ex piensa en él cuando haces ejercicio😂.
¿Qué opinan? Los leo.
Una lectura para recomendar: Estoy atrasado con varias lecturas, pero empecé “La seducción” de Sara Torres y me está encantando. ¿De qué va? Según la reseña, una joven fotógrafa se pone en contacto con una escritora veinte años mayor para tomarle unos retratos mientras trabaja en su próxima novela, titulada La seducción.
Tras intercambiar varios correos, la escritora la invita a pasar unos días en su casa, una pequeña masía en la costa catalana. Al llegar, nada es como esperaba, la anfitriona se muestra distante y no se deja fotografiar.
Una frase que me emociona: Aunque llevo un 30%, el libro (La seducción) tiene reflexiones y frases sobre el deseo que me confrontan y me encantan (Lo he marcado mucho). La frase de arranque me enganchó, así que esa es la que les comparto hoy.
Para mí, la historia del deseo es fundamentalmente la historia del fracaso, todo lo que quise y no pudo ser, todas las veces que temblé en la distancia entre yo misma y aquello que amo.
Sara Torres
La seducción.
Un lugar para volver: Para seguir con la lógica de hoy, en unas semanas más voy a querer volver al verano porque voy a odiar el frío😂. Por ahora, estoy feliz en casa.
Un link: Les cuento un secreto. Para ser periodista hay que leer mucho y, como sabrán, cada vez hay más páginas web con barreras de pago. Yo estoy suscrito a un par de medios, pero estar en todos es imposible, así que uso una trampa: 12ft.io Esa página te permite ingresar a algunos sitios y desbloquear la barrera de pago. La verdad, en algunos funciona y en otros no, pero a mí me ayuda con un par de medios internacionales. Ojalá les sirva.
Una canción para el domingo: ¿Han visto el nuevo short film de Ariana Grande? En dos palabras: es espectacular. Esta vez, continúa la historia de Peaches en “We can’t be Friends” (una joven que fue a borrarse sus recuerdos) y ahora, 70 años más tarde, la empresa le ofrece una restauración de la memoria. Pasan muchas cosas, así que no les haré spoiler, pero puede revivir cuatro momentos de su vida. ¿Lo malo? Cada recuerdo revivido, se borra para siempre.
Las canciones son de su disco “Eternal sunshine deluxe” y la historia es increíble. Como diría mi amiga Jaky: el poder del storytelling.
Es largo para esta época de inmediatez, pero véanlo que vale la pena.
Ya saben, vivan con ganas y quieran a los suyos.
Nos leemos pronto, pásenla bien y cuéntenme qué les pareció este texto.
Saludos,
Manuel